Paradojas 2 y 3
Sí, está al revés. Lo que escribí antes (Paradojas 1) está después en orden de lectura. Esa es la pequeña diferencia entre una página y un blog, snif.
Planteado lo que cuesta hacer nada, un gran paradoja, vayamos a la segunda y tercera de las paradojas que vengo hallando en este receso invernal.
Para ir despacio hay que apurarse: A menudo conducimos por una carretera (pretendo que este sitio llegue a ser internacional) y por equis causa queremos disminuir la velocidad. Para buscar un papel en la guantera sin aparcar, ponele. Hete allí que un camión está a unos metros por delante. Ir despacio tras él, generaría una molestia visual primero y un doble obstáculo después para quienes vienen atrás y quieren adelantarse. Deberemos entonces acelerar para pasar el camión. Y puede darse que tras revasar el camión, un micro esté en nuestro camino. Otra vez el problema, ir tras él significará tener que detenernos en cada parada, con el inconveniente de que nuestras luces de stop hace meses que no titilan. Será entonces cuando resolvamos pasar al bondi también. Pero, siendo una doble mano (la ruta 2 suponte), al querer pasar camión+micro, un automóvil viene de frente a todo lo que da. Es entonces cuando, en el paroxismo de la paradoja, debemos acelerar como locos para no darnos el palo y poder ir despacio.
Como no me gusta hablar por teléfono debería comprarme un celular: Vengo pensando que para cualquier cosa insignificante que hace a mis quehaceres, me veo en la obligación de efectuar un llamado que difícilmente se remita al asunto a comunicar. Que cómo están los niños, y a ver cuándo nos vemos y la mar en coche. Decididamente no es mi deporte favorito hablar por el aparato.
De modo que toda la vida me he reído como un vikingo ebrio cuando alguien me sugirió la conveniencia de tener un celular.
Pero en estos días dedicados a la contemplación del mundo, se me ha ocurrido que si yo tuviera uno de esos insoportables aparatuelos, podría reemplazar las llamadas por los inmundos pero mas expeditivos mensajes de texto. Un sms y listo, dije lo que tenía que decir y punto: (compré huevos p.ej). Y el otro no tendría tan siquiera la obligación de responderme.
Así que, dada mi tirria con el teléfono, tal vez opte por comprarme uno.
Comentarios
¿Cuando te vas a decidir a escribir?
¡VOTO A BRIOS!
A propósito, despuntando esa manía de dejar algo en blanco y negro y halardeando la capasidá que uno habió alquirido con la vieja de casteyano (en mi epóca la lenjua ténia otros husos) te dejo la dirección de mi blog (Como veras, estoy hecho un moderno de la gran puta)
oopmdq.blogspot.com
Un abrazo Osvaldo