Jugos
En alguna década, la posesión de ciertos electrodomésticos nos parecía un mandato, rendir culto a la tecnología haciéndonos de sus últimos avances para el hogar.
De colores naranja o blanco, los aparatos ganaron nuestra casa y mas que nada la cocina.
Entre todos ellos, recuerdo la juguera, capaz de procesar mil y un alimentos para extraer de sus entrañas los zumos esenciales. Demostraciones en pantalla, hacían de éste un adminículo indispensable para la vida sana. Que un jugo de zanahorias por la mañana, que otro de remolacha por las tardes, todo contribuiría a nuestro bienestar y gozo.
Como hace ya mucho que estas cosas yacen en el fondo de las alacenas de nuestras madres, creí conveniente resignificar a la juguera con algunos experimentos.
Fue así como:
De una montaña de banqueros, unas gotas de humanidad
De la mirada de un viejo obtuve jugo de sabiduría
De un grupo de santas, un litro de putas.
Del rostro de una maestra salió mucha piedad, que en el medio de la experiencia fueron a dar a la cara de un asesino, que quedó desempleado en el acto.
De un yiro obtuve vasos de dignidad, recolectada ésta durante un desayuno con su hija.
La botella de coraje salió de un repositor en un supermercado, un joven pelado que apretaba los dientes y derramaba el contenido.
Curiosamente de aquél nene salió este chorro de crueldad.
Y de aquel chorro esta pizca de infancia.
De unos chinos una jarra de paciencia.
De una abuela una copa de resignación.
Poniendo una valija de recuerdos en la juguera, obtuve un galón de olvidos.
Y poniendo un guardapolvo con manchas de óleos, apareció mi papá y tomamos mates.
Y con un grano de soja me empapé con verdades.
Y exprimiendo verduras me convertí en guaraní.
En un momento puse a mis mujeres y la casa toda se inundó de luz.
De colores naranja o blanco, los aparatos ganaron nuestra casa y mas que nada la cocina.
Entre todos ellos, recuerdo la juguera, capaz de procesar mil y un alimentos para extraer de sus entrañas los zumos esenciales. Demostraciones en pantalla, hacían de éste un adminículo indispensable para la vida sana. Que un jugo de zanahorias por la mañana, que otro de remolacha por las tardes, todo contribuiría a nuestro bienestar y gozo.
Como hace ya mucho que estas cosas yacen en el fondo de las alacenas de nuestras madres, creí conveniente resignificar a la juguera con algunos experimentos.
Fue así como:
De una montaña de banqueros, unas gotas de humanidad
De la mirada de un viejo obtuve jugo de sabiduría
De un grupo de santas, un litro de putas.
Del rostro de una maestra salió mucha piedad, que en el medio de la experiencia fueron a dar a la cara de un asesino, que quedó desempleado en el acto.
De un yiro obtuve vasos de dignidad, recolectada ésta durante un desayuno con su hija.
La botella de coraje salió de un repositor en un supermercado, un joven pelado que apretaba los dientes y derramaba el contenido.
Curiosamente de aquél nene salió este chorro de crueldad.
Y de aquel chorro esta pizca de infancia.
De unos chinos una jarra de paciencia.
De una abuela una copa de resignación.
Poniendo una valija de recuerdos en la juguera, obtuve un galón de olvidos.
Y poniendo un guardapolvo con manchas de óleos, apareció mi papá y tomamos mates.
Y con un grano de soja me empapé con verdades.
Y exprimiendo verduras me convertí en guaraní.
En un momento puse a mis mujeres y la casa toda se inundó de luz.
Comentarios
salud y buenos alimentos
pd: en los link de cachetazo y el mio hay un pequeño error, tiene dos veces http y no enlaza. Saludos
Primero gracias por tus visitas, las que devuelvo a diario.
Pero mas que nada gracias por darme la solución al intríngulis de por qué coñazo no podía ir a tu blog y a cachetazo desde acá.
PD: efectivamente Cenicienta se hizo moco al irse antes de la fiesta. ;-)
abrazo
Besos,
GabyF
Besos
Sol
saludos!!
Si pudiera conseguir con mi nostálgica licuadora, que aún sueña con algunos deliciosos aromas, lo que usted ha logrado con su juguera, sería maravilloso.
Qué musa tiene usted!
Un gusto haber entrado aquí.
Saludos.
besos
Me cachendié!!
Saludo.