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Mostrando entradas de 2016

mundo onírico

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Otra vez tuve uno de esos sueños que me despiertan lleno de preguntas acerca de qué pasa ahí adentro. 1. Yo era de los aliados y capturamos una tortuga perteneciente a Joseph Goebbels, el poderoso ministro de propaganda de Hitler. Por lo que sucedería después, el quelonio había sido encontrado culpable de crímenes varios y condenado a muerte. Un tortugo de los nuestros, en el living de mi casa, era el encargado de la ejecución. Ahí es donde este sueño, hasta ahora tan normal, se convierte en pesadilla. Porque el proceso de apagar la vida de la tortuga nazi se vuelve morbosamente largo. El verdugo -de mayor contextura - se monta sobre el condenado y busca su cuello para decapitarlo a mordidas. Tal vez pasen horas hasta que obtenga la primera sangre. Yo no puedo mirar. Poco amigo de la pena de muerte, aunque sepa cuánta desgracia debe pagar la tortuga de Goebbels, tengo el estómago revuelto por esta agonía. Así que me voy, dejo que esa forma de justicia siga su curso sin que yo

Cat's stuff

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Vas a buscar tus cosas para salir y el gato quiere ser parte

We, The Walking Dead (va por Lucía)

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Quien no ve The Walking Dead puede pensar que es una serie sobre zombies.  Es una serie sobre zombies, pero a la vez no. Se trata de humanos en una situación límite, en este caso una epidemia mundial de una rara enfermedad en la que una suerte de parásito se aloja en los cadáveres y los anima como siniestras marionetas. Cada muerto caminante, lento, bobo y espantoso, vaga por siempre en búsqueda de alimento, que ocasionalmente será una persona viva. que morirá por sus mordidas, que se convertirá en otro muerto viviente. La forma de cortar la cadena es darle con algo al zombie en la cabeza, un cuchillo, un pico o una flecha que perfore el cráneo y listo, el monstruo no walking más. La serie relata las peripecias de un grupo de personas para sobrevivir al apocalipsis; la búsqueda de comida, armas y refugios seguros, la interrelación con otros grupos (la mayoría peligrosos, algunos caníbales, otros manejados por psicópatas), las nuevas y a la vez primitivas instituciones humanas, una

Catarsis, pido perdón.

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Bueno, es oficial, ya me cansé. Me tienen los huevos como dos fititos con el epíteto supuestamente despectivo y denigratorio de "pseudointelectual". ¿Qué mierda vendría a ser un pseudointelectual? Antes, ¿qué es un intelectual?, ¿qué consideran, los que me baten pseudo que son los intelectuales posta? ¿Hay que tener un libro editado?, ¿te tiene que hacer el prólogo Slavoj Žižek? Citame intelectuales, dale. Beatriz Sarlo, bien, quién más.  Pareciera haber un lugar sagrado en donde habitan unos Seres Superiores hechos de cerebro ante los que deben rendirse las ideas de las personas comunes. Si eso son los intelectuales, yo no lo soy, no me creo más que nadie; no tengo talento para elaborar grandes teorías, así que me conformo con algunos pensamientos sueltos que vierto por aquí y por allá, tratando de escribirlos lo mejor que puedo, aunque sepa que en el fondo son generalizaciones infundadas e interpretaciones caprichosas. Una vez me dijo Eduardo Galeano (sí, forro,

Ser felices (nosotros)

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Iba a decir que no nos roben la felicidad , pero está mal, no nos pueden robar lo que no tenemos, porque no somos felices. Usted dirá que es feliz, yo diré que soy feliz en los intersticios, pero en esa cuenta somos dos, universo demasiado reducido para armar desde allí un Nosotros. El nosotros del que hablo es la humanidad (unos 7 mil millones de personas) o es mi país (40 milloncitos). Dentro de esos colectivos va gente sufriendo.  Acabo de hablar con un colega y amigo, corresponsal de una cadena de noticias. Me dice que desde la Departamental de Policía están preocupados, en la ciudad aumentan (aunque no haya estadísticas, hay percepción empírica) los casos de pibes y pibas -18 que se boletean. No sale en los medios, porque los periodistas con algún grado de conciencia sabemos que los suicidios son contagiosos, pero aparentemente el problema está. Perdón por el golpe bajo, no es precisamente la intención, pero me sirve para tratar de que se instale una actividad necesaria  la

La teta o la vida

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Me quedó dando vueltas lo de las tetas, El Tetazo, toda la movida en contra de la pacatería antediluviana. Está muy bien, banco el reclamo. No es posible que a esta altura de la suaré haya retrógrados que se ofendan porque una madre pela un pecho para amamantar a su hijo. Sobran ejemplos de cosas que sí tolera el conservador medio, desde la publicidad callejera del negocio del sexo, pasando por la violenta y violentadora televisión, hasta llegar a los linchamientos públicos de rateros ocasionales. Lo que no me parece bien es que a un bebé lo sorprenda el hambre con su madre en la calle. Algo dice de la manera en la que vivimos, algo dice de un sistema donde no podemos darnos el lujo que las mamás estén con sus niñitos en la casa hasta que haga falta. Me responderán que las mujeres no tienen por qué perderse de cosas por el hecho de ser madres. Retrucaré que no se si es tan cierto. Porque ese mismo criterio me ha hecho tener que padecer berreos de bebés en el cine, un lugar

Pseudo disquisición de cierta pseudo izquierda extraviada y a la espera.

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Me parece que para el peronista es un poco más fácil. Van a decir que no, que sufren, y van a pasearte por la carretera de la historia que arranca en 1955. Un montón de hitos que no niego, tan evidentes como el Holocausto. Ese reguero de desgracias y crímenes operan para el peronismo como la historia del pueblo judío sirve al estado de Israel. Se ha sufrido tanto, que el crédito es ilimitado. Qué me vas a hablar a mí de dictaduras, si la mayoría de los desaparecidos eran compañeros. Chito la boca.  Igual pienso que si sos peronista es más fácil. El peronismo es la maquinaria del poder argentino, le puede ir mejor o peor, pero sin sus tetas no hay paraíso. Ahora esta haciendo la digestión como una enorme serpiente con un venado adentro. Es cuestión de esperar a que le vuelva el hambre. ¿Esperar también que se le den las condiciones propicias? Las condiciones propicias, son todas las condiciones posibles para su camino sinuoso. Izquierda, derecha, izquierda, derecha, siempre para adel

Cataclismo ya

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    Quisiera ser como esos elefantes de Indonesia, que percibieron el temblor y se alejaron al trote selva adentro, lejos de la playa adonde después llegó la ola inmensa y mató a todos. Pero no para salvarme, simplemente para sentir en las patas que las placas allá abajo se están moviendo, chocan entre sí, se rozan, se estrellan y en cualquier instante su conflicto va a abrir en dos la tierra que pisamos.  Desde un plano meramente estético, olvidándose uno de las consecuencias humanas y materiales, las catástrofes naturales tienen algo de hermosas. Los terremotos, las tempestades, los volcanes eyaculando lava, las tormentas de nieve, los incendios, desesperan y a la vez tranquilizan, porque consuman los miedos, los hacen una tan patente realidad,  que el miedo se queda sin argumentos. Esto es lo peor que nos podía pasar y está pasando, así que podremos sufrir, pero no hay razones para desvelarse por un horror abstracto, por la fatalidad potencial. Freddy Krueger a la luz del día, s

El sinsentido aparente del Universo

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   Que una persona pase de pagar noventa pesos por el servicio de gas a pagar dos mil, no sólo impacta en su bolsillo. Si en lugar de prender fuego a la sede de la empresa, su primera reacción es preguntarse cómo podrá pagarlo, si acepta, aunque sea amargamente, que las condiciones han cambiado y que acaso sea él  y sólo él quien no esté a la altura de esos cambios, si rumia su fracaso como si la autoría le perteneciera, lo que en realidad pasa es que el sistema ha ganado su batalla por la conquista del sentido.  Hoy es el día del periodista, y no se cuántos saben que somos fabricantes de eso, de sentido. Que cada noticia, cada opinión, cada título, cada foto es un ladrillo que va construyendo una idea general del universo y un bosquejo de uso colectivo de lo justo y de lo injusto.  No soporto el gesto aséptico que ponen en cámara algunos de mis colegas, esos aires de importancia con que trafican las piedras de ese castillo ajeno que apenas los emplea como pajes. Actúan con el ci

Se lee demasiado, y entonces no se lee nada.

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  No es lo mismo leer que citar un texto, no es lo mismo leer que compartir un extracto con la foto debajo del fulano que la escribió. Pienso que muchos hacemos eso para recordarnos lo que es leer, pero leer en serio, leer en privado, gozando de ese espectáculo codificado del lenguaje, siendo atravesados por conceptos complejos que, por bien armados, tienden a parecernos ciertos; esa aceleración de la sangre con nuestro personaje acorralado, ese cosquilleo en la entrepierna por una minúscula y a la vez super potente escaramuza romántica. Leer en serio es no estar en las redes contando que se lee, el grupo es otro, una secta de personas que se reúnen en pliegos de papel cosidos y pegados. Es no estar para nadie porque se está en la trama, y la trama se reserva para los ojos (y el corazón y el cerebro) de quien ha decidido espiar entre las hojas.  Me considero lector, aunque pasen semanas y meses en que no lea. Porque ser lector es una condición de vida. Es haber leído por hambre, es

Gatunas 2

Ahora está recostado sobre mi panza, una pequeña esfinge negra a 40° de inclinación, entrecierra los ojos, ronronea y estira las manos, como queriendo abrazarme el cuello. Son estos momentos de paz por los que no lo ahorco en los otros, esos en los que necesita descargar su energía gatuna, donde se vuelve cazador de objetos, donde se trepa a todo lo que es trepable. El jodido va rompiendo cosas, como el aparatito de los cilindros para hacer cigarrillos y como el foco del velador. Entonces yo lo puteo y le hablo del presupuesto, y el se pone a dar pequeños brincos de boxeador, como si hubiera estado esperando el combate. Pero tiro enseguida la toalla, después de sacarme de quicio vuelvo al quicio, y me recuerdo que es un cachorro animal, que puesto entre los suyos lo estarían entrenando para procurarse la comida cazando pájaros, ranas y ratones.   Lo mío con Chaplin es enojarme y perdonar, gritarle y después comprender, haciendo un ejercicio de resignación al desprenderme de la exclus

Todos los peces van al cielo.

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Hoy encontré muerta a Golda. Como siempre antes de irme, le puse comida y agua a Chaplin y dejé para el final alimentar a los peces. Cuando saqué la plancha y el libro de inglés (que, montados sobre una reja verde que fuera entrepiso en la jaula de un hamster, ejercían de escudo protector ante el gato) la vi flotando boca arriba. Medio fuera del agua, parecía más grande, sus ojitos me parecieron más grandes. La subí a la palma de mi mano, la miré de cerca. Noté el contraste de esa flaccidez con el brío enérgico de cuando la capturaba para pasarla a un tarro y limpiar la pecera. Sus aletas parecían cabellos mojados.  Por un instante pensé en sacarle una foto con el celular, pero no quise. Hay una intimidad que es de la muerte, hay derechos personalísimos hasta en el más diminuto de los seres, si uno hasta su última bocanada constituyó el estado, si uno le puso un nombre, si uno le dio de comer.  Se que parece estúpido, pero no lo es para mí. Después de echar a Golda la pez por el i

Nosotros y los miedos

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Tengo miedo de mí. Tengo miedo de llamar a las armas, tengo miedo de llamar a las almas, tengo miedo de desarmarme, tengo miedo de desalmarme, tengo miedo de que a lo que tengo miedo no pase, tengo miedo de que pase aunque le tenga miedo, tengo miedo de perder las cejas en un gesto de sorpresa, de que se me cambien de lugar de tanto fruncir el ceño, tengo miedo de no poder abrir las manos de tan crispadas, tengo miedo de que se me caiga la mandíbula por asombro y me la esconda el gato, tengo miedo de que un alien salga de en medio de mi pecho y me coma y use mi nombre y pida fiado, tengo miedo de no estar lo suficientemente loco para enfrentar este sistema completamente desquiciado, tengo miedo de quedarme sentado y que vengan los hijos de mis tataranietos a preguntar a mi lápida qué onda, cómo fue que te quedaste tan tieso mientras todo aquello pasaba. Y decirles que tenía miedo de que la vida me juegue al off side. a morir sin haber servido, a vivir sin encontrar el sentido y que

Viajeros en el tiempo (Crónica Gatuna I)

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Me convertí en lo que siempre desprecié, un comentador de las actividades de su gato. Será su magnetismo, la sabiduría ancestral aparente, su autonomía, qué se yo, se ha escrito más sobre los gatos domésticos que sobre la lluvia. Ambas son pulsiones irrefrenables, parece.  A las 24 hs ya entendió la idea de mear y cagar en las piedritas,es un alivio. Mi preocupación ahora es que no se coma a los peces. Por las dudas, en esta primera mañana en que Chaplin y los peces estarán juntos (y espero que no unos dentro del otro), dejé un pesado libro de inglés y arriba la plancha con su caja que me donó mi madre, todo sobre una reja con la que inicialmente prometí protegerlos, pero no creí que fuera a alcanzar.  Vale consignar que la reja era el entrepiso de la jaula de un hamster que falleció hace ya mucho.  Por ahora, este amasijo de pelos negros prefiere estar cerca de la ventana del comedor adonde da el sol de la tarde. Ahí también está el ficus que nunca crece y que ahora nunca crecerá, p

No serás adoptado?

¿No seré adoptado? Muchas personas se lo han preguntado. Porque algo en la historia personal no termina de cerrar, hay una versión oficial que se da de patadas con ciertos detalles, no hay fotos de la mamá embarazada o del papá pintando una cuna, y cada vez que salió el tema de las circunstancias del nacimiento, aparece una generalidad y sistemáticamente la conversación dispara para otro lado, tampoco hay madre con bombo en las fotos de los parientes. Si estás rondando los 40 y la pregunta te asaltó más de una vez, posiblemente se habrá completado con esta otra: ¿seré hijo de desaparecidos? Porque ya debés saber que un grupo de abuelas, las Abuelas de Plaza de Mayo, están buscando a los hijos de sus hijos desde hace mucho. Pero es posible que las odies, que hayas aprendido a odiarlas, que en casa se las nombre como “esas viejas de mierda”. Si voy acertando, posiblemente no sea casualidad. ¿Alguno de tus padres ha sido parte de las fuerzas armadas o de seguridad? ¿Han tenido o tien

Presentes

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No hace falta para recordar un pila de papeles amarillos, ni listas mecanografiadas, ni fotos en blanco y negro, ni siluetas que flamean, ni con vida los llevaron, ni filmaciones de la época, ni la placa en el rectorado, ni un plato vacío en la mesa, ni los lápices que escriben. No hace falta para exigir justicia haber estado en la noche oscura en que entraron y se lo llevaron, ni llevar puesta la carne que electrificaron, ni haber construido a un padre con retazos, ni haber tenido colgada la campera del hijo. Para que estos 40 años te atraviesen, para que sientas un hormigueo que te recorre la propia biografía, basta con tu don de gente, basta con esa empatía que te hace ver a las madres como si fueran tuyas, que te hace ver a las abuelas como si fueran tuyas, que te hace compañero de los compañeros desaparecidos, siempre presentes,  siempre los tuyos, siempre con ellos tratando de enderezar el mundo.

El eterno discurso del Yo no fui

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Si no fuera cínica sería graciosa la manera en que las grandes potencias intentan deshacerse del registro de sus fechorías.  En estas horas, el Mal golpeó a Bélgica. Una serie de atentados en Bruselas que el Isis ya se adjudicó, dejó un saldo de –hasta ahora- 34 muertos.  Y uno piensa en Bélgica y piensa en la civilización, en la coexistencia de tres idiomas, en la capital burocrática de Europa. Por un mecanismo milagroso, por arte de birlibirloque en donde contribuye el poder mediático mundial, se nos hace lejano –por ejemplo- El corazón de las Tinieblas de Joseph Conrad. El corazón de las Tinieblas, es una novela publicada a principios de siglo XX. Cuenta un viaje por el Congo, el Congo belga dominado por Leopoldo II. Racismo extremo, torturas y esclavitud al servicio de la extracción de caucho y de marfil. En la historia de Conrad aparece el personaje de Kurtz, el representante colonial vuelto loco y tratado como a un dios por “los salvajes”. Más tarde, en el cine, retoma

Rápido y Furioso

(publicado en la última edición de Resumen del Sur, alta página web) Sentados en corro, los que ya no son –según les acaban de decir- empleados del Ministerio de Cultura, miran para abajo, se abrazan, cuentan la noticia a sus amores por Whatsapp. Empiezan a llover huevos crudos que rompen fuerte en el asfalto, empiezan a llover dolorosos cubitos de hielo. Vienen de unos tipos del edificio de enfrente que quieren enfatizar su desprecio. La foto del día (porque cada día tiene la suya) rebota por las redes sociales. No se puede creer, la opinión mayoritaria de la argentina minoritaria es que no se puede creer. “El mundo hizo plop y nadie entonces podía entender qué era esa furia” (Serú Giran – Mientras miro las nuevas olas)   Los dos meses de gobierno de Mauricio Macri están signados por un gran plop, onomatopeya para la explosión de burbujas. Las aguas se dividen entre los que creen que estalló la realidad y los que creen que despertamos de su relato, pero lo fáctico indica

La idea de una marcha

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 Contra lo que creían hipnotizadores y creyentes en el mal de ojo, la mirada no emite rayos. Tampoco se ha comprobado científicamente que exista la telepatía. Pero nada de eso impide que nos demos cuenta de que alguien nos está mirando. Uno está en una reunión e interactúa con gente que está en primer plano, saluda con la mano a alguno que entra en el segundo, pero siente un algo que ocurre completamente fuera de foco. Hasta que alza los ojos y ahí, en un rincón alejado, alguien nos está mirando fijo.   Me pasa con ciertas ideas, que estaban escondidas detrás de otras. Últimamente la cosa está muy concurrida y, caminando de aquí para allá, se hace difícil elegir planos. Me encontré con una que rondaba por ahí, y me tiene incómodo, porque contradice lo que venía pensando.   Hasta hace no mucho, consideraba que todos los días tendría que ir a una marcha en contra o en defensa de algo. De hecho fui a un par. Casi todos los días de este verano han tenido una marcha, un acampe, un escrac

La revolución de aprender a vivir

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Es posible que dios no exista y tampoco su paraíso, que se apague la vida y las partículas que nos componen, prestadas por el cosmos y con 40 mil millones de años, simplemente, vuelvan por donde vinieron, y ese que decimos ser, pase a no ser, como el tiranosaurio que no habita mi comedor, como el corredor de autos que jamás apareció en Hamlet. Deshacernos, con una última esperanza de trascendencia, como la que tuvo Ovidio Cernadas, mecánico de motocicletas, habitante de Villa Epecuén, el pueblo que tapó la laguna en 1985. Hacer la mueca de partir, aunque no haya destino, aunque el destino se haya cortado como un hilo.   Qué dirá el no Cervantes de su trascendencia inútil, de ese Quijote inmortal que no lo revive, que no puede devolver el gesto de traerlo para que reescriba sus andanzas.  No, yo paso de anestesiar la muerte con promesas, yo paso de pasar a mejor vida, porque la vida es esto, lo que nos ha tocado y lo que hemos hecho por ponerla bella, por hacerla más justa y habita

Empoderar lo desapoderado, desesperadamente

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Si tantos gritan pavadas, por qué me voy a privar de gritar lo que siento, aún sin pleno convencimiento.  ¿Qué tan real fue la acumulación de poder, la hubo?  ¿Y el verbo empoderar, existió? La hubo, existió, entonces a qué obedece esta monstruosa sensación de impotencia. No creo que el amor que se termina, convierta en mentira un pasado enamorado. Pero qué raro este desamor de enero, tan repentino, tan dale yo te llamo. No perdimos, ya habíamos perdido. No nos perdimos, solamente no sabemos adónde vamos. “-Minino de Cheshire -empezó Alicia tímidamente, pues no estaba del todo segura de si le gustaría este tratamiento: pero el Gato no hizo más que ensanchar su sonrisa, por lo que Alicia decidió que sí le gustaba -. Minino de Cheshire, ¿podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí? -Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar – dijo el Gato. -No me importa mucho el sitio… -dijo Alicia. -Entonces tampoco importa mucho el camino que to

La memoria de los escombros

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¿Habrá que rendirse al silencio cuando nos decorazone sentir que ya acomodamos de todas formas los argumentos, que ya pusimos las palabras en todos los órdenes, buscando el antídoto a la necedad? ¿Habrá que darlos por irredentos, antes de percatarnos de que lo que creíamos verdaderos misiles discursivos que impactaban en su bestialidad, constituían en realidad un bonito desfile de conceptos para nuestros propios ojos, para darnos el valor que nos haga soportar al invasor? ¿Será que los hechos nos ganan en elocuencia y hay que esperar que por allá se les pase la sordera para oír el estruendo ? ¿Nos ponemos debajo de la mesa, buscamos la seguridad de las escaleras o de los marcos de las puertas, aspiramos el polvo, mientras nos tiembla el piso y se derrumba en tan poco lo que costó tanto? Me consuela creer que las ciudades guardan memoria de su integridad, que los escombros se transforman en ladrillos para los nuevos edificios y que un día se rehicieron Guernica, Berlín, Londres y T

Hubo un tal Cioran

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  Era rumano, pero qué más da. Fue un hombre que me copió los pensamientos en el pasado. “Mi misión es matar el tiempo y la de éste matarme a su vez. Se está bien entre asesinos.”  “Si alguna vez has estado triste sin motivo, es que lo has estado toda tu vida sin saberlo.”  “La sociedad no es una enfermedad, sino un desastre. Es un milagro estúpido que consigamos vivir en ella”  “Un instante de lucidez, sólo uno; y las redes de lo real vulgar se habrán roto para que podamos ver lo que somos: ilusiones de nuestro propio pensamiento.”  “El hecho de que la vida no tenga ningún sentido es una razón para vivir, la única en realidad.”  “No hago nada, es cierto. Pero veo pasar las horas lo cual vale más que tratar de llenarlas.”  “Se puede soportar cualquier verdad, por muy destructiva que sea, a condición de que sea total, que lleve en sí tanta vitalidad como la esperanza a la que ha sustituido.”  “El orgasmo es un paroxismo; la desesperación, otro. El pri