El eterno discurso del Yo no fui
Si no fuera cínica sería graciosa la manera en
que las grandes potencias intentan deshacerse del registro de sus fechorías.
En estas
horas, el Mal golpeó a Bélgica. Una serie de atentados en Bruselas que el Isis
ya se adjudicó, dejó un saldo de –hasta ahora- 34 muertos.
Y uno
piensa en Bélgica y piensa en la civilización, en la coexistencia de tres
idiomas, en la capital burocrática de Europa. Por un mecanismo milagroso, por
arte de birlibirloque en donde contribuye el poder mediático mundial, se nos
hace lejano –por ejemplo- El corazón de las Tinieblas de Joseph Conrad.
El corazón
de las Tinieblas, es una novela publicada a principios de siglo XX. Cuenta un
viaje por el Congo, el Congo belga dominado por Leopoldo II. Racismo extremo,
torturas y esclavitud al servicio de la extracción de caucho y de marfil. En la
historia de Conrad aparece el personaje de Kurtz, el representante colonial
vuelto loco y tratado como a un dios por “los salvajes”. Más tarde, en el cine,
retomará trama y personaje Francis Ford Coppola para su película Apocalipsis
Now, con Marlon Brando en el papel de Kurtz.
Pero todo quedó atrás, lejos en la distancia,
en el tiempo y de la justicia.
Perdón si parece que no me dolieran los belgas
asesinados. Por el contrario me causa un pesar, pero no uno que desligue las
causas de los efectos y no uno que compita con el dolor que me generan los
sirios, iraquíes o africanos, permanente bombardeados por los cultos europeos
para instalarse sobre sus recursos naturales o para acumular fichas geoestratégicas
como en el TEG.
Por su
parte, Obama es negro, y viene (literalmente) de pasear su negritud por la Cuba
ni enemiga ni desbloqueada. Es negro, es
demócrata y tiene buenos sentimientos, cómo ponerse a recordar los intentos de
matar a Fidel o la invasión de Bahía de Cochinos. Es bueno Obama, es bueno en
un país malo sin pasado. Se aprovechan de su nobleza.
Y viene
para acá. Antes prometió que EEUU desclasificará documentos que tienen juntados
desde la dictadura. ¿Llegará hasta el Operativo Cóndor?, ¿Incluirá la
desaparición de delegados de la planta de Ford Motors?, ¿Estarán los programas
de las materias de la panameña Escuela de las Américas, en donde se formaron
nuestros genocidas, con profesores como los torturadores franceses que probaron
los beneficios de la desaparición de personas en Argelia? Ya lo veremos. Obama
es bueno, bueno aunque se le vaya la mano en los bombardeos con drones y
despedace familias enteras que gritan en su indignación que los proteja Alá.
Una y
otra vez, borrón y cuenta nueva. No hay saqueos, genocidios ni apremios
ilegales que empañen la buena imagen del primer mundo. Cualquiera de sus
padecimientos son nuestros padecimientos. Porque somos como ellos, yanquis o
europeos, o lo seremos ni bien terminemos de ser escarmentados por pensar otra
cosa.
Yo me he propuesto no olvidar.
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