Me tienen estalladas las pelotas con el sonsonete de la corrupción. No diré que es inevitable, ni que está bien, ni nada por el estilo, la corrupción es una cosa mala por definición, pero no debería ser el centro de la cuestión política, ni acá ni en el resto del mundo. Hasta Macri, el presidente más corrupto de todos fue Menem. Sus fechorías se dieron al menudeo y al por mayor. Uno recuerda casos como Los guardapolvos de Bauzá, La leche adulterada de Vicco, El caso Swift, entre las minucias, y el regalo que le hicieran de una Ferrari Testa Rossa por la privatización del gas. En las privatizaciones, con cientos de miles de millones de dólares, el Turco tuvo su récord de mordidas. Pero más allá de los campeones, ningún gobierno queda exento de un grado de corruptela, gobiernos kirchneristas incluídos. Llegados a esa triste conclusión, quedan dos opciones. O la que más conviene al sistema, que es el discurso antipolítica, el de "todos roban", o b...
Comentarios
Yo estoy en esa situación.
Más no lo haré en atención al buen gusto ( bueno, no tanto. Si así fuera ni siquiera hubiera dado origen a este desatino epistolar-virtual), tratando de evitar, al menos, ser tan previsible.
No es muy largo ni complejo lo que tengo para exponer.
¿Se da cuenta que sin nombrarlo usted atina con el nombre del réprobo escenario al que me refiero? Deduzco que usted lo tiene en la misma estima.
Y no, no nos encontraremos por allí. Yo no iría a ver danzar a Maximiliano Guerra en Kongo Bongo, como tampoco iría a escuchar a Galeano leer sus relatos en el Comunitario de la 39 y Friuli, por dar solo dos ejemplos.