La casa sigue en pie.
Yo cómo ando.
Yo, no me puedo quejar (detrás de la escena, sobre la pared de la casa, se lee un cartel: "prohibido quejarse"), es la verdad.
Las cosas siguen más o menos bien, sale agua de la canilla y hasta hace un rato funcionaba el teléfono.
Lo único, ando con un poco de baja presión. Bah, no soy yo, es la presión atmosférica la que se ha reducido mucho. Es lo que se percibe cuando uno está parado en medio del ojo de un huracán. El mundo todo parece haber enmudecido, y no se oyen pájaros cantar. Podría decirse que hay cierta paz, no?. Claro, si es que no te inquieta ver volar las tablas del granero del vecino y sus vacas. Las ves? Allá, allá hay más. El cielo está surrealista esta mañana, me divierte un poco.
Y viste qué carga eléctrica? Se nos están parando los pelos, jaja. En fin, hemos tenido una vida bastante plena. Querés un cigarrillo? Total...
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