Cielo

como a las 7 íbamos llevados por un remis, las hijas, el perro, yo.
El hombre de la música melódica agarró por la costa. Es genial verla usar los faroles de la noche, aunque ya está por llegar la mañana. Maravilloso el espectáculo del mar todavía rodando hacia la arena a mínimo, con olas que no mojan.
Y pensaba lo que siempre pienso sobre el cielo: nada que lo cuente, que lo represente, que lo fotografíe, nada que lo evoque tiene nunca ninguna contundencia al lado del original. Pero igual: era un cielo de magenta manchando despacito. Nubes casi negras de tan azules, que cuando el sol del otro lado les mandaba rayos en un ángulo muy agudo, dejaban ver algunos rubíes chiquitos.

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