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Mostrando entradas de septiembre, 2013

Encastre

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La verdad quisiera que me vaya mejor así como soy. Quisiera creerme un poco menos equivocado y que me alcance la megalomanía  para creer que es el mundo, la sociedad o el destino  quienes se equivocan.  Corregirme ya no me sale mientras crece mi sensación de no encajar.  No quiero encajar y pago, todo el tiempo pago. Pago pero no quiero pagar ni puedo.

Lápices

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A la noche de esta noche la perdí entre muchas noches, la puse con la noche larga que representa a todas las terroríficas noches de la dictadura. Veo sus caras y son todos mis hijas. Tienen, pegados en el cartel, esa miradita llameante contra la patria injusta. Veo sus caras y son todos mis compañeros, igual que los otros, los que no reclamaban un boleto estudiantil. Nadie tiene coronita entre mis compañeros! Los chicos de La Plata fueron (son) el símbolo que hizo falta para denunciar la crueldad. Cuando fue necesario decir que no todos desparecieron por elegir la vía armada. ¡Si hasta los chicos se llevaron!, ¿no lo ven?. Pero el tiempo acomodó la historia, y van nuestros queridos pibes apiñados en el camión de Blaquier, van con los delegados de la Mercedes Benz, van con los curas villeros, con los abogados laboralistas, se acomodan como pueden junto al cuerpo de Walsh. Pero no, tienen que bajar. Perdón compañeritos, los necesitan en la escuela. Saben qué pasa, nunca se vac

Abuso de poder

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Alguien me dice que hubo un caso de abuso en una escuela. Mi primer pensamiento es para el niño abusado. Imagino su debilidad, el daño que puede haber recibido en su cuerpo y en su alma. Me pongo en lugar de los padres, qué sentirán, qué harán, cómo será su cara cuando su hijo o hija les da indicios de haber sido vejado por un adulto. Mi segundo pensamiento es sobre el abusador. Lo odio de inmediato, sea quien sea. Mi tercer pensamiento es sobre la causa que habrá de iniciarse. Espero que se sepa la verdad cuanto antes, para que no se repita el hipotético abuso en otros niños. Mi cuarto pensamiento es acerca de la posibilidad de error. Y como éste podría hacer estragos en la vida del acusado. Mi quinto pensamiento es sobre la imparcialidad del juez. No de la justicia, que es otra cosa. Me pregunto si el tribunal que se ocupe tendrá o no lobbistas detrás de los cortinados para influir sobre la sentencia. En Mar del Plata, daría la sensación que el orden de prioridades es otro.

Por qué escribo

Necesito aclarar que pienso todo el tiempo; y que cuando no estoy pensando es porque estoy dormido. Y entonces sueño, y dormido hablo, me quejo, discuto. Me acostumbré a llevar siempre un vaso de agua a la mesa de luz, porque también debo dar conferencias, y se me seca la boca. Por eso escribo bastante. No por afán de recibir un reconocimiento que posiblemente no merezca, sino por una pulsión irrefrenable de poner en palabras lo que pienso o siento.  Escribir es casi como cagar.

Seguro contra todo riesgo

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La seguridad te la da el Estado. En estos días lleva cara de correntino y se para de a dos en muchas esquinas, con uniforme de Prefectura. La seguridad consiste en mirar o en ser mirado desde un centro de avistaje. Las cámaras pueden verlo todo, y basta con eso para estar a salvo. La seguridad se compra, en multiplicidad de productos y precios, que va desde un aerosol con gas pimienta hasta sofisticadas alarmas monitoreadas, constituyendo partículas de seguridad. La seguridad son hábitos de resguardo y de sospecha. Pero si el esfuerzo de consuno entre el Estado y los particulares fallare, habrán de adoptarse medidas drásticas. Linchamientos, ejecuciones, escuadrones de la muerte, escarmientos, esas cosas. Se buscarán, para llevarlas a cabo, a hombres sin escrúpulos, de probada experiencia en derramar la sangre necesaria cuando sea necesario. Porque acabar con las hormigas de una puede no ser eficaz, pero es divertido y relajante. Entonces, cuando media sociedad vigile y amedrente a l

Mientras el sistema dice combatir los métodos de tranquilización...

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Imaginate un mundo sin: marihuana cocaína paco metanfetamina éxtasis clonazepan rivotril rohipnol viagra prozac celulares internet facebook twitter...                       Ellos ya se lo imaginaron. Por eso nada falta.

De capitales y choferes.

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El Capital argentino puede comprar los mejores autos, pero no sabe manejarlos. Nacido con una cuchara de oro metida en la boca, criado en la abundancia, satisfechos sus más pequeños caprichos por un ejército de niñeras, protegida su dermis con delicadas almohadas, El Capital es -ya grande- un total inútil para lidiar con las pícaras escaramuzas de la calle (para dominar la calle, hay que tener calle). Además, el único barro que El Capital conoce ha sido el de los partidos de rugby. De modo que desde hace mucho El Capital cuenta con un mismo Chofer. En realidad es toda una familia que va heredando el volante, pero para la Casa del Amo se trata siempre del mismo. Él sí que sabe para dónde hay que ir, qué cortadas agarrar, adónde prepear y adónde ceder el paso, cuándo tirarse a derecha e izquierda. El Capital a veces refunfuña, porque de vez en cuando el Chofer sube algún desharrapado que hace dedo, pero más tarde o más temprano vuelve a bajar.  Hay mañanas en que parecen - el Ca
  Van las jaulas rodando para arriba o para abajo, por los valles y las colinas. Algunos aletean y fingen ignorar su cautiverio, tratando de evitar el choque contra las paredes. Otros se entregan al destino visible, aferrados de sus palitos, comiendo su alpiste, cantando y saltando, adornando con flores los barrotes.  En ocasiones los alambres se entrelazan y forman grupos de jaulas que ruedan juntas con mucho estrépito. Eso da mucha alegría a los pajaritos, aunque se pueda sospechar que la alianza no durará para siempre.  Somos eso, confederaciones ocasionales de pájaros solitarios.