Todo tiempo pasado fue anterior
Cuando yo era pequeño, mi madre no usaba las tijeras en la cocina. Ahora, en cada comida las estoy buscando.
Pero sí usaba un martillo de madera para convencer a las milanesas de ser tiernas. Y yo creo que ahora las milanesas ya vienen convencidas.
Y recuerdo a la abuela del gordo Biasucci estirando y retorciendo el cuello de una gallina. Después la colgaba pico abajo de una puerta y al rato la decapitaba. Después la destripaba, la lavaba y la desplumaba. Todavía conservaba la gallina sus patas por debajo de las rodillas, con uñas y todo. El otro paso era cortar esa parte y pasar todo el cuerpo por una hornalla para chamuscar los últimos restos de plumas.
Si un niño de ciudad viera todo esto, no comería pollo nunca más. Pero qué sabor el de aquellos cadáveres tan meticulosamente moridos.
Pero sí usaba un martillo de madera para convencer a las milanesas de ser tiernas. Y yo creo que ahora las milanesas ya vienen convencidas.
Y recuerdo a la abuela del gordo Biasucci estirando y retorciendo el cuello de una gallina. Después la colgaba pico abajo de una puerta y al rato la decapitaba. Después la destripaba, la lavaba y la desplumaba. Todavía conservaba la gallina sus patas por debajo de las rodillas, con uñas y todo. El otro paso era cortar esa parte y pasar todo el cuerpo por una hornalla para chamuscar los últimos restos de plumas.
Si un niño de ciudad viera todo esto, no comería pollo nunca más. Pero qué sabor el de aquellos cadáveres tan meticulosamente moridos.
Comentarios
Frente a lo de mi abuela había un mercado en el que el proceso con las gallinas se repetía sin parar a lo largo de horas. Mientras hacían las compras, yo me quedaba paralizado frente al puesto de la pollera, que con su delantal cubierto de sangre y el gorro regenteaba ese sitio espantoso. Y me acuerdo que mi preocupación era adivinar cuál sería la próxima víctima de esta peculiar integrante de la cadena alimentaria...
salud y buenos alimentos (matados a mano obvio)