Las garras del peluche

Amor y Odio, los hermanos siameses que comparten corazón.
Las manitos acolchonadas del gato, que esconden las uñas que podrían hincarse en tus ojos.
Somos Ghandi con fiebre
y también, la encarnación de la Ira Mancomunada del Infierno, 
jugando con la máquina de aniquilar.
Ricas puñaladas de carne para la cena,
ácidas puñalabras para el postre.
Y la duda de si acaso habría sido mejor 
no haberse conocido.
Qué difícil discernir:
los gemelos éstos
se nutren de los mismos detalles.

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