Blogs.

Al fin al cabo qué eran los blogs. Cuadernos de bitácora, diarios íntimos.
Y se fueron poniendo todos amarillos, abandonados en un cajón, carentes de todos los registros que ahora se llevan las redes sociales, que chupan como esponja lo que somos.
Algunos parecen Ser, para alimentarlas. Comer, para mostrar. Pasear, para que se vea.

Yo en mi diario hoy digo:
estoy muy cansado.
No me gusta.


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