Vómito blanco
Sabés una cosa, yo siento que pegué una vuelta en este tema. Es decir, tenés una época en que necesitás reafirmar tanto y tan permanentemente tus convicciones, que no das a tu cabeza ni medio espacio para -por ejemplo- tener una visión demasiado crítica del lado del que estás. Eso de no concederle ninguna ventaja al enemigo haciendo su trabajo de encontrarte los errores. Pero me doy cuenta que a la larga, son esos mismos errores no reconocidos los que te debilitan.
Te la hago corta. Estoy a favor de la educación pública. Ta? (diría la loca infame Carrió). Y desde mi lugar he peleado por la educación pública en sus muchos aspectos. Desde el apoyo a marchas y carpas blancas, la atención a los reclamos sectoriales, la adhesión a las protestas de alumnos y docentes de distintos niveles por diferentes motivos: contra la Ley de Educación neoliberal, contra la de Educación Superior, por mejores condiciones edilicias, por más escuelas y más aulas, todo eso.
Pero hoy tengo las pelotas llenas de los que se aprovechan de la fuerza que han conquistado. Me refiero a cierta clase de docente que, amparándose en los fueros especiales que le otorga la estabilidad del empleado público y, en lo específico docente, la titularidad de un cargo, agarra y falta cuanto quiere, sin previo aviso, ahí tenés, hora libre, hacé lo que puedas nene.
Hay buenos docentes, hay muchos docentes que son un lujo. Pero así como no deberíamos tolerar que haya cirujanos negligentes, tenemos que hacer algo con los docentes ñoquis .
Hubo una época de empresa públicas. Estaba bueno tener el petróleo en manos de todos. Y cuántas posibilidades nos hubiera dado que el suministro de energía eléctrica, gas y otras cosas provinieran de un Estado eficiente. Pero, ocurrió que a las empresas las fueron vaciando adrede, se desinvirtió y las convirtieron en elefantes ineficientes como para que la topadora privatista neoliberal les pase por arriba sin posibilidades de defensa. Un espanto. No sólo no se pagó ninguna deuda con esa tonelada de guita, sino que la deuda aumentó de la misma inescrupulosa manera que hasta entonces. Pero tampoco me olvido que los gremios que salieron a defender estas empresas, antes hicieron demasiadas veces la vista gorda a sus empleadores y, a esto voy, con sus propios compañeros. Una de rascarse el higo, de llamar a EEUU porque el teléfono lo pagaba magoya, las famosas cuadrillas argentas. Esas omisiones en procura de mejorar el trabajo estatal, ¿alguien alguna vez se hizo cargo? Menem es el presidente más hijo de puta que tuvo la democracia. Pero lo ayudaron loco, la sociedad le allanó tanto el camino que debería provocar algo de vergüenza. Perdón si en mi propia valoración me exceptúo y exceptúo a otros de esa condena. Porque mientras Sergio Lapegüe era productor de Neustadt y una ristra de periodistas hacía palmas a las privatizaciones yo y otros puteábamos.
Hoy siento que estamos en un camino parecido, aunque con matices. Digo que hay mucho discurso laudatorio a la escolarización que consiguió indirectamente la asignación por hijo. Pero la educación pública, sobrecargada, se cae a pedazos. Si no se nota más es porque los docentes están conformes con su sueldo. Si no, estaríamos escuchando de su reclamo salarial, tendríamos paros adonde meterían las condiciones de las escuelas para que no crean que les interesa sólo la guita propia.
Y no es que se aliente la educación privada como en los '90. De hecho, pareciera que -salvo por los subsidios que obtuvieron muchas escuelas de gestión privada para el pago de salarios- ha dejado de ser el negocio rentable que parecía. Pero como las públicas están mal y dos por tres hay que suspender clases, qué hace un padre que ve que su hijo pierde el tiempo y se queda con las ganas de estudiar. Puede intentar pelearla, yo en cuanto puedo lo hago, pero la cabeza te empieza a trabajar para el lado contrario. Pura ambición de padre eso de que el hijo tenga una buena educación. Y si lo paso a un privado?
El tema no está en la agenda de nadie, ni Clarín ni 678. Es. No parece porque no se lo analiza, pero es.
Y los docentes, a los que reconocimos como legítimos trabajadores cuando peleaban por sus salarios, no están -en un porcentaje que no se puede determinar a capricho- a la altura de sus obligaciones, que las tienen. Insisto, hay muchos docentes que se pelan el culo trabajando, que se enfrentan con toda la violencia de la sociedad en las aulas, que van a buscar en sus precarios autos a chicos varados en el barro...todo eso, los buenos. Y los malos?
Por eso te digo, a lo peor me estoy derechizando sin querer. Pero no me jodas con que es progresista hacerte el pelotudo cuando una docente se enferma para una escuela pero para la otra está sana. O falta un cuatrimestre entero sin reemplazo, sin módulos de estudio, sin nada de nada. Qué sistema es este. Después nos llenamos la boca cuando cualquier discusión acaba con que "eso se arregla con educación". Ahí tenés, no se arregla. Tenés 180 días de clases, los alumnos están en la escuela, pero.... como que la eduación debería ser otra cosa.
Digo yo que no se nada.
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