Atchús
Ahora que no es hora para nada, me pesco este resfrío que me tiene mal traído.
Congestionado y todo ando con ganas de hablar, como que extrañara las explayadas microfoniles. Pensar que a uno le pagaban por explayarse.
Hablaría otra vez, en esta ocasión, del espectáculo decadente de la farándula vernácula. De la vieja disfrazada de cuervo o buitre.
O de la gorda profética, uno de los sujetos más inútiles que ha dado la política nacional.
O de la nada discursiva, de las no ganas de abordar temas que tenemos. Cuánto hace que no debatimos de algo los argentinos. Algo! Busco financistas para llegar al prime time de la televisión con un programa de debate sobre: educación, salud reproductiva, aborto sí aborto no, legalización de la droga, sexo-genitalidad prematura, embarazo adolescente, deuda externa, aborígenes desplazados de sus tierras, vida en pareja, marginalidad, economía informal, estándares de belleza, eutanasia, medicinas alternativas, sistema penal argentino, relaciones familiares, hacia dónde va el mundo, la ortografía..... Miles de temas que, puestos a las 22 por Telefé le deberían romper el culo a Tinelli a diario. Pero no, hay que convertirse en un cazador de pájaros Dodo yendo por los pastizales del cable tras un pedacito de inteligencia.
Nos facebookizamos, convertimos pequeñeces, granos, galletitas favoritas, en materia comunicable. Las cosas nos gustan o no nos gustan, caprichitos. Estamos todos juntos, compañeros de primaria y secundaria, compañeros de trabajo, parientes, vecinos, conocidos, todos en el maravilloso rubro de "amigos". Todos juntos y dormidos. Se relativiza aquello de que el pueblo unido jamás será vencido. Lo seremos si no sabemos para qué nos juntamos, si no hay un propósito puesto en ello.
Quejas amargas e inconexas que me salen con los mocos.
Comentarios
Y de pronto se me hizo la luz.
La TV ha logrado meternos la idea de que es el centro del Universo. A tal punto que ya suponemos que el ámbito adecuado para ese debate sería el prime time. Y no lo es. Si apareciera el financista que pusiera la plata, antes de fundirse llegaría a ver que lo que produjo fue un aburrido programa en el que se dijeron cosas muy interesantes e inteligentes y que dejó al mundo tal como estaba antes sin lograr el menor cambio. Porque el terreno para ese debate es otro, en el que las conclusiones se concreten en mejorías, en "efectividades conducentes", como solía decirse en mejores épocas.
No hace falta que la programación de TV sea una basura o se limite a mostrar infradotados y travestis peleando por miserias, obvio. Pero tampoco se ha ganado el derecho a ser la que hospede los grandes temas. Que se limite a entretener, en lo posible educando un poco o mostrando más calidad. Que elija buenas películas u obras de teatro en lugar de bailes del caño; pero que deje que las decisiones pasen por donde deben. Digo yo, bah...
Que se mejore!!