por la vuelta
Si me permiten entro a mi cuarto del fondo medio bebido. Están tocando unos tangos en la librería y yo estoy con una ginebra en mi oficina. No tengo gran cosa que decir, sólo me parece un buen momento para estar con uno. Y antes de ponerme a pensar, me pongo a escribir. Les cuento que en algún sábado de mayo El Puente, programa que con Vanesa hicimos tantos años, capaz que vuelve al aire. De a ratos. Ya contaré los detalles. Me resulta rara la vuelta, rara y necesaria. Descubro que la vocación ha descansado y hace fuerza entre las costillas para volver. Volver ya sin reconcores, volver para decir unas cuantas cosas, para poner en voz muchos pensamientos, para levantar la mano entre la multitud, para que salga por las cuerdas vocales la eterna necesidad de cambiar el mundo. Un pequeño aliento en medio de la tormenta, un pedo en el viento, pero en suma el aire mío, el aire nuestro que clama por salir. Por ahí descubro que sólo tengo pavadas, por ahí ya todo se ha dicho. No sé, se verá