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Mostrando entradas de febrero, 2008

Vuelvo al bondi

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Leer en el colectivo es una forma de subversión de la realidad. Un cuento de Cortázar (en Historias de Cronopios...) habla de un tipo que trabajaba para la UNESCO y tenía cierta capacidad de abstracción. Un día veía sólo las cabelleras de la gente, otro los botones, al siguiente sus aparatos digestivos. Todo eso hasta que lo rajaron. Leer en el colectivo es un raro ejercicio de la misantropía. Superada la náusea que genera el esfuerzo por seguir las líneas con los ojos, un mundo distinto se abre ante uno. El mundo de las ideas, o las desventuras del Elfo Patata o un cuento de Andrés Rivera. Se desvanecen allí los hedores y los gestos, las frenadas y la mugre, toda la humanidad enlatada hacia algún lado, los minutos de espera, las miradas recelantes por la posesión de asientos. Reservo al final de los capítulos recobrar mi sentido de la orientación, echar una mirada a las alturas de las calles. Mirar a la gente que pide boletos de sobra, contemplar una forma agradable, dejarme ganar por

La Violencia de la calma

Quiero agradecer a la Sra. del auto que chocó el mío haciéndolo dar un trompo allá por noviembre debido a que el solcito le entrecerraba los ojillos. Porque paradójicamente, siempre algo bueno sale de lo malo. En lo malo de tener que volver a viajar en bondi, redescubrí mi hábito por la lectura. Y en esos viajes largos y calurosos, los libros se van en un periquete. El que ahora me acompaña es uno al que siempre le dí vueltas pero nunca me le adentré. Se llama "El Horror económico"y es de Vivian Forrester. No voy a hacerle una sinópsis porque tiene más de diez años, pero tiene un planteo interesante: el trabajo humano está por extinguirse. Pero quería llegar a un párrafo en particular de la página 54. Lo leo y releo maravillado: expresa en pocas palabras dónde me pica profundamente el kirchnerato: En definitiva, ha comenzado la era del liberalismo, que ha sabido imponer su filosofía sin formularla, sin siquiera elaborarla como doctrina, a tal punto estaba materializada, acti

Orden de Pago (por mí)

Názcanme con algunas carpetas Estaría bueno Contar con algunos archivos, para no andar googleando una vez y cada vez, todas las preguntas Y que cuando nazca Se declare la libertad de vientres Como en el trece del 19 O como los 60 del 20 Que me amen sin egoísmos Y me dejen el egoísmo a mí Para andar privatizando Colectivizado Que me hijen dulcemente Toda la vida Que me hijen con paciencia Que me hijen y me entiendan Un poco antes de que se madren Muy pero muy anciano Vélenme sentado Disfrazado de payaso Y Que el epitafio diga: “Te espero” Mitad para dar paciencia Mitad para dar miedo Pero antes Que me lleguen tus mimos en ala delta, Cada vez que caiga al barranco Y que tu mirada se quede encendida Cuando duerma las noches

Próximamente aquí...

No se pierdan el dibujo que haré en estos días para ilustrar un sueño de esos extraños que felizmente me toca soñar: un psicoanalista con cabeza de pan francés. Sensacional éxito. Mientras tanto, si alguien quiere leer un cuento extraordinario, me topé con El Elfo Patata de Valdimir Nabokov, simplemente genial.

Sepan disculpar

Verdadera y ostensiblemente he bajado mi nivel de producción bloguera. Creo que puede deberse a: 1. Falta de ideas o pérdida completa de imaginación. 2. Embole parcial o total. 3. Síndrome del Juguete Navideño. 4. Pudor repentino. Alguna de estas cosas o todas combinadas. O ninguna. Como sea, espero que alguien se entere cuando se me despierte la neurona. Chas Gracias Jorge

Un aporte al INDEC

En el eterno debate acerca de las mediciones de pobreza que realiza el INDEC, hay un indicador que -hasta hoy- no ha sido tomado en cuenta. Se trata del IdET ó Índice del Estado de los Tohallones. Consiste en una simple inspección profunda del armario del baño de cada familia y del nivel de deterioro o mantenimiento que poseen los elementos de secado. De acuerdo a un complejo cálculo, los hogares serán clasificados de A a E, con tres subcategorías en la clase media (c1, c2, y c3). Una vez categorizado cada segmento, las descripciones son las siguientes: A (Clase alta, aristócrata): Juegos varios de tohallas, tohallas de mano y tohallones, ordenados por colores, alta calidad y escudo familiar bordado. B (Clase alta): Ídem anterior, aunque puede reemplazarse el escudo (en el caso de carecer de abolengo por tratarse de nuevos ricos postmenemistas) por el apellido familiar o el apodo de su patter familia (Cacho) . C1 (clase media alta): Amplia gama de colores en los juegos de toha

CARTA DE UNA MADRE GALLEGA

Querido hijo: Te escribo lentamente porque sé que no sabes leer deprisa. Si recibes esta carta es porque te llegó, si no avísame y te la mando de nuevo. No vas a reconocer la casa cuando vengas, porque nos mudamos. La nueva casa tiene una lavadora que no funciona bien: la semana pasada puse cuatro camisas, tiré de la cadena y todavía no las he vuelto a ver. A tu tía Carmen le pasa al revés que a mí: ella cuando toma café no puede dormir; en cambio yo, cuando duermo no puedo tomar café. Finalmente enterramos a tu abuelo. Encontramos el cadáver ahora con todo esto de la mudanza. Estaba en el armario, desde ese día que ganó jugando al escondite. Hoy tu hermana Julita tuvo un hijo, pero como todavía no sé si es nena o nene, no sé si llamarte tía o tío. Tu hermano José cerró el coche con seguro y dejó las llaves dentro. Tuvo que volver a casa para buscar el duplicado y poder así sacarnos a todos. El clima no es tan malo; la semana pasada sólo llovió dos veces; la primera vez por tres días