La nena abanderada
A mí lo que me sorprende es la naturalidad con que mi hija L. se toma haber sido designada para llevar la enseña patria el 25 de mayo. Con mucha felicidad, obviamente, pero sin magnificar el hecho de que la haya elegido el cuerpo docente por su buen promedio. Ir a la bandera es un cargo electivo. Para la bandera nacional hay un voto indirecto fundado en el desempeño escolar (se me ocurre que allí hay un paralelo en cómo las provincias designaban los senadores antes del '94, para formar parte de la Cámara Alta). En cambio, para la feaza de provincia rige el voto de los compañeros, sea por el carácter solidario del candidato o por una popularidad de origen incierto, que tanto podría estar basada en la eficiacia en meter goles, tener casa con pileta o la mera simpatía (podría ser como la conformación de la Cámara Baja; no se sabe del todo por qué se vota lo que se vota). Cuestión que mi pequeña podría ser abanderada de cualquiera de las dos, disculpen la jactancia. Cuando