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Mostrando entradas de enero, 2015

Efemérides

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Todos los días están vivos y están muertos. Miro el de hoy en la esquina del monitor: 26 de enero. Hoy podría ocurrir un hecho extraordinario, cualquiera, que se inscriba por un tiempo en los días particularmente vivos. Se fundan efemérides en todas partes, todas las casas coleccionan las suyas. Un día como hoy murió papá, hoy fulana hubiera cumplido años, hace 50 bombardeaban la plaza, hace 7 nos casamos, es el día del maestro, hoy hace 12 que trabajo en esta empresa, el bebé cumple 4 meses, Así completamos cada uno de los 365 o 366 días del año. Una yuxtaposición de aniversarios sobrecargan los días, significativos cada uno a su modo para alguien, en la totalidad de los habitantes del mundo. Quedarán afuera los aborígenes, los eremitas, los comatosos.   Un día vacío para mí, tal vez lleno de significado en el piso de abajo.  Y la melancolía de que desde los orígenes de nuestros calendarios estamos haciendo esto. Capa sobre capa a través de la tierra. Hojitas con los días.  M

Fábricas

  De chico fui chupacirios. Fui un monaguillo de los que se cuelgan de la campana, sin dobles lecturas pederastas.  Creí que la iglesia era una máquina que destilaba el mejor de los productos: la bondad.  La verdad es que la institución es un  sistema  complejo, un conjunto de rituales, de leyes, de encíclicas, de textos escogidos, de pecados de tablilla o capitales, de jerarquías, de tradiciones y de misterios.  La iglesia es una máquina perfecta que consume todo el combustible que fabrica en su propio funcionamiento. Tardé en darme cuenta que adentro había, sí, gente buena, pero conviviendo con hijos de puta irreductibles.   La bondad era un accidente.  Después me hice ateo. Aprovecho: ¿qué produce la máquina, política, social, a la que pertenecés? No es una mala pregunta para hacerte y para que hagas, siempre y cuando te animes. Las organizaciones se abusan de los malos entendidos.
Hoy tengo vino para dormirte pajarito de piedra que estira sus alas en medio del pecho quebrando cortando cavando y doliendo hoy tengo vino para echar por el agujero tengo vino para verter por tu frente para quemarte los ojos inundarte el pico pájaro chillón para abrazarte y guarecerte hasta la próxima vez detrás del esternón salud pajarito salud
Hey. Que te cuento que trato de aprender a ser feliz, y de a ratos lo consigo. Eso no debería por fuerza convertirme en alguien triste, porque nadie dice cuánto duran  esos ratos, solo presto atención a la posición de la aguja.  Y, claro, en otros momentos, el pájaro de piedra que vive detrás de mi esternón, se empeña en abrir sus alas a través de los órganos del tórax. Pero creo ser yo mismo el que se lo permite.  Hoy empezó el año y ya se hizo de tarde.  Bajé dos cuadras hasta la avenida para ir al kiosco. Como la calle es mano para acá, los autos que agarran la loma me permiten ver su contenido. Gente que va a casa de la otra familia o vuelve de ahí. Transporte de viejitas frágiles. Pero lo que más me llama la atención, es el rostro de algunas pasajeras. Prisioneras. Y también la cara de culo de algunos choferes.  Las fiestas se terminan.  Le dije felicidades al kiosquero, mi primer diálogo del año.