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Mostrando entradas de julio, 2009

Desde el cielo las estrellas

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Se han muerto ya las que brillaban: Tato, Castelo, Fontanarrosa, Guinsburg, Peña (pertenecía a lalista B), Cascioli (director de la revista Humor). Se han opacado algunas rutilantes: Lanata, Gasalla, Les Luthiers, Pinti (no han notado en baja a estas dos?), Casero, Página 12, Serrat, los redondos... Perdieron su rebeldía algunas que ladraban a la luna: Pergolini, Posca, Petinato, Sabina, Gieco, Silvio, Maradona (alguna ayudita a la rata en el 95)... Y nos quedan estas estrellas de mierda todo el día en la tele: Süller, Mirtha, Moria, Susana, Winograd, Tinelli, Rial, los pumas de bengala que toman la leche en balde, Majul, Carmen Barbieri. A tono con los políticos en la palestra: De Narvaez, los K, la Carrió, Mauri, Cobos... Si esto que nos queda es un grupo de referentes de lo que somos los argentinos, yo quiero tramitar la ciudadanía marroquí.

La Argentina inconciente

Buena parte de la culpa, otra vez, la tiene la izquierda nacional. De su ahora no tan amplio espectro, una parte optó (ya desde 2003) por encolumnarse con el gobierno y la otra por quedar a mitad de camino preguntándose hace 6 años qué será mejor. Sus cuadros desencuadrados vagan por el desierto predicando verdades que el viento disipa. Del otro lado, la derecha gritona va tomando coraje para vengarse de cada gesto progresista conseguido por el gobierno y su zona de influencia. Aplastan en un mismo pisotón la mierda real que el gobierno no ha querido corregir y cuanto atisbo de justicia pueda contarse del kirchnerato. Son irracionales, chabacanos, inorgánicos, pero se están cocinando con el caldo gordo que les calienta el puto periodismo nacional. Y lo que intoxica es la mezcla. Los periodistas y medios que antes semejaban ser progresistas, ahora -decididamente ahora que pasaron las elecciones y los K mordieron el polvo- son cuasi golpistas. Confunde que el golpe lo disfracen de más de

No bailo no

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Y seguimos con las quejas (siempre está la paradoja que quien ingresa a un blog lee primero lo último, con lo que se sería más apropiado decir "empezamos", pero bueno). En este caso es una módica queja por una fastidiosa costumbre cinematográfica. Anoche vi "Quien quiere ser millonario". Una película interesante, hindú, sobre un chico orejón que participa en un concurso televisivo y gana, y sospechan que hace trampa pero no. La película está muy bien, posee desde originalidad, dramatismo y suspenso, hasta denuncia social y un toque de rebeldía por la creencia en castas de la India, cosas que no tienen películas como Más barato por docena. Ponele que me hizo angustiar en un momento, o en varios. Y acá viene la denuncia del día: es necesario que al final los actores hagan una coreo en los andenes? Qué es esta moda de meterle bailecitos pelotudos a todo? Que lo pongan en "Las vacaciones de Mr. Bean" pase, pero a ésta había que meterle esta pelotudez? Es como