Monster Coop



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Sobre todo de chico, al cerrar los ojos para dormir, me asaltaba la fantasía que un ser horripilante me observaba desde un rincón del cuarto. Podía ser un muñeco o un vampiro lo que se quedara inmóvil allí, mientras intentaba conciliar el sueño. Quien fuere lograba que no sólo me costara hacerlo, también me daba pánico abrir los ojos.
 Pero encontré una forma de neutralizar al ente del insomnio, lo racionalicé. Entendí que no importaba lo que fuera, cualquier cosa extraña a mi habitación me daba el mismo terror. Un pingüino, una momia, un perchero que antes no estaba ahí, un cuadro apoyado en la pared, todo lo que no haya estado con la luz prendida, tendría el mismo efecto terrorífico. Entonces, por qué presentir un sólo y único agente parado frente a la cama, por qué no traerlos a todos. Fue así que convoqué a cuanto monstruo urdía mi imaginación. La lista podía estar compuesta por: una momia, el payaso de It, la chica de La llamada, Fredy Krueger, el hombre lobo, una muñeca gigante, un vampiro, un zombie, un fantasma, Jason, otro payaso siniestro, un perro con ojos rojos, Frankenstein y la llorona. Ya armada la nómina, me bastaba distraerlos y ponerlos a conversar entre ellos sobre la boleta de gas o sobre la serie de Luis Miguel para tranquilizarme.
  Años después relacioné esta técnica con la Teoría del juego de John Nash, aquél de Una mente brillante, aunque seguramente no la entendí. Todos los jugadores vienen con sus misma estrategias y con un mismo objetivo, que yo me cague, pero su presencia masiva hace que se neutralicen entre sí.

  De modo que, en teoría, ahora podía dormir, con un bullicio de monstruos que charlaban sobre cosas cotidianas. 

Pero nada es perfecto. Ahora que tenía controlado el tema de los entes extraños, de los monstruos, los fantasmas, los juguetes poseídos, ahora que los imaginaba como un curso de frikis sin nada mejor que hacer que romperme las pelotas, ahora que los visualizaba en una masa cuasi cómica, mi cabeza encontró la manera de que la situación vuelva a ser terrorífica. 

Qué tal si entre todos ellos, en un lugar central de la foto de los espectros...se encontraba una tía sonriendo, o un compañero de la escuela, como coordinando el operativo. 

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