Manifiesto por la equivocada a la que prendieron fuego.


Ella salió y fue para la plaza, 
cuando otros que tenían miedo se quedaron adentro,
ella salió y fue a la plaza, cuando otros que tenían colitis se quedaron en su casas,
ella salió a la plaza, 
cuando otros que lloraban se quedaron en la cama,
ella salió y fue para la plaza, cuando se quedaron otros que tenían frío.

Por eso no me repongo de que hayan quemado un muñeco de cartón con su figura.
Su figura, la de Hebe. 
He leído a varios esquivar la defensa de su nombre al decir que "lo que no se quema es un pañuelo" , dejándome la sensación de que a Hebe sí, que si la figura hubiese estado despañuelada, entonces por ahí sí. 

 Quiero defender a la más mal llevada de las viejas locas, quiero defender a la más incómoda de todas las amadas y ya viejitas líderes. Porque a Estela la adora hasta Mirtha Legrand; contra ella no podría alzarse una voz sin ser cacheteada. Hebe, en cambio, es menos defendible.

Supongo que será su carácter, al que todo le chupa un huevo. También podría ser que una vieja que se pasó 40 años en una plaza (y entiéndase plaza de una manera laxa, comprendiendo también la escena pública, la televisión, los otros medios) haya corrido la desventura de estar diciendo barbaridades siempre en público, que el resto guardó para la intimidad de su cocina.Y no se, o yo soy tan malo como ella, o creo que el dolor y las patas cansadas, y los palazos de la cana y el riesgo serio de morir pero seguir igual adelante, acreditan un poco a decir lo que se viene a la cabeza, aunque de ese crédito no hayan echado mano los demás, posiblemente más políticos.  

Soy periodista, estuve atento en estos años y miles de veces dije "ay, Hebe, te fuiste otra vez a la mierda" 
Justificó a la ETA, se alegró por lo de las Torres Gemelas, hasta habló mal de Julio López.
Por momentos llegué a detestarla por hacernos quedar para el culo (y resalto adrede la frase, porque hacernos quedar para el culo implicaba que a veces se complique la tarea de re-educar al pueblo argentino tras tantos años de propaganda genocida, con la meta de acabar con la impunidad).

Pero mis broncas con ella se disipan siempre cuando retomo la perspectiva histórica, sepan disculparme.

Fundó la Universidad de las Madres....(gritan desde el fondo) Sí, y después maltrató a mucha gente valiosa que se terminó yendo con el ego a la miseria. Claro, entiendo, mejor hubiera sido no fundarla, que en su lugar haya otra sucursal de Fasta.

Al tiempo y por vaya a saberse qué jugarreta de su corazón o del destino, a Hebe se le dio por adoptar a un joven parricida que salió de la cárcel todo uniformadito de negro. Ese chabón -y lo que cuento se que es demasiado intrascendente- mientras le hacía una entrevista en la radio a su madre putativa, y como en algún momento osé poner en duda alguna de sus opiniones, hizo el gesto de arrojarme una granada desde el otro lado del vidrio. Ese tipo, años después, resultó ser todo un estafador, tirándole una granada a la mujer que le había dado cobijo y amor. Y fue de tal magnitud el estrago que podría haber hecho que Hebe se quede para siempre en su casa. Pero no se quedó en su casa.

 Ahora se la acusa de "milanesa", tras haberla condenado por oficialista.

  Lo dije por Facebook también: no me cierra para nada la figura de Milani, aunque no tendría la contundencia retórica de llamarle genocida. Aunque no se compruebe su participación activa en el aparato terrorista del Estado, aunque haya sido un mero cadete que iba a comprar puchos, no lo quiero ahí, me molesta, y de movida lo creo un impostor que en el fondo de un cajón de su cómoda puede tener una foto polaroid firmada por Videla adonde se los ve sonriendo. Podría haber otro, pero no, el Gobierno lo deja ahí, compadreando un poco de su fuerza, cuando quien abraza la causa de los derechos humanos cercenados por la dictadura, bien sabe entender el escozor que genera la menor duda respecto de un milico. Conque a una madre le joda, sobrarían motivos para removerlo.

 Pero volvamos a Hebe. Un domingo a la mañana vi la nota con Milani en el programa de las Madres, por la TV pública. Y me rompió soberanamente las pelotas. Pero, otra vez maldita y amada vieja, en el transcurso de los días vuelvo a caer para el lado de sus mejores intenciones. A lo mejor quiere creer. No reconciliarse, no olvidar, no perdonar (justo ella), sino creer en ese descomunal símbolo (que muy posiblemente sea forzado) que un Jefe de Ejército vaya al programa que conduce nada menos que Hebe de Bonafini.

( Hay un capítulo de los Simpsons... ya lo escribí, lo linkeo acá. La fuerza de los símbolos, aplicada a Springfield.)

  En el mismo orden, este verano hubo mucha movida con una subsede de Tecnópolis montada a pocas cuadras de mi casa, en la Base Naval Mar del Plata. Mucha gente que conozco me ha dicho que no pudo sustraerle al lugar su impronta de centro clandestino de detención durante la dictadura. En cambio yo, que creí que también me iba a pasar, fui muchas veces. Vi un stand del ejército en donde le ponían el uniforme a los pibitos y les hacían probar el "entrenamiento" militar. Lo que en otro momento me hubiera dado náuseas, ahora lo tomé como una especie de maniobra de exorcismo, capaz de meter en esas cabezas rapadas algún sentimiento de cercanía con el pueblo al que tienen que proteger, siempre e ineluctablemente en democracia.  Con ese mismo espíritu subí junto a mi hija menor a la Fragata Libertad, donde un marino negrito con camisa blanca sostuvo su mano para empezar a recorrer la rampa de madera. Ni me interesó demasiado, ni me emocionó, ni nada de eso. Simplemente, mientras paseamos  pensé que les estaba sacando el barco a los Massera, a los Acosta y a los Astiz, se los quitamos a ellos y lo toqueteamos nosotros, los que les ganamos la batalla de la historia y los metimos en cana.

  Pero una parte de la izquierda ve todo esto como una traición. Ve a Hebe como una traidora. 

Y yo me pregunto si podría traicionar una causa quien más la caminó y la sigue caminando. 
Se pondrán indulgentes con su historia y dirán que equivocó el rumbo? Es un rumbo que empezó ella, cuando la mitad de los que la acusan ni había nacido, cuando incluso sus padres pueden haber estado entre los muchos que se quedaban en la casa.

 Bájense de la soberbia alguna vez, pelotudos, no sea que la rígida vara con la que miden un día se les caiga en la cabeza.

Hebe no es perfecta, mi vieja tampoco. Las voy a bancar toda la vida.

Comentarios

Oscar ha dicho que…
Que se les caiga la vara en la cabeza sería lo de menos. No sea cosa de que terminen como le pasaba a Briski, que no la veía pero la sentía...
Impecable como siempre.