Confieso que he entrevistado.

Entrevisté por una hora y media a Eduardo Galeano. Empezó por decir que envidiaba mi pelo.
Yo derribé al primer ministro italiano. Me acerqué al estrado para hacerle unas preguntas a Massimo D'alema y caímos juntos sobre la bandera de su país..
Una vez cubrí una noticia policial que me impactó mucho. Un viejito tuvo acostada a su mujer muerta durante tres meses; le llevaba el desayuno todas las mañanas, también la peinaba. Vivía/n en la calle Ortiz de Zárate.
En otra ocasión, mi jefe me mandó a hacer una nota a una mujer que le festejaba el cumpleaños a un árbol. La señora le hizo una torta. Al árbol, no a mi jefe.
Perseguí a Maradona por todo Mar del Plata, en un caluroso día de verano. Esperé -me dijo que lo espere- a que se coma unos mariscos. Cuando quise acordar, salió rajando. Pude interceptarlo en el aeropuerto y me respondió muy simpático.
Pelé también fue amable.
Allá por el 2006 hice el cálculo de cuánta gente había entrevistado: unas 10 mil.
Un día voy a escribir la historia de mi vida.
Ah, para eso era el blog.


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