Y bueno...



Finalmente no nos hicimos de la Copa América. Una lástima, se la llevó Brasil. Justo en el momento en que me dije que no podía quedar afuera de las pasiones populares y me puse a mirar. La vez pasada, creo que contra México, me aburrí como un hongo casi todo el partido (cuando empezaron los goles medio me desperté), tanto que me puse a pensar si la polilla que pasaba por la lente de la cámara podría considerarse venezolana o si, en cambio, los insectos y los animales son internacionalistas. También me entretuve escuchando las arengas de Alfio Basile desde el costado de la cancha.

Bueh, pero qué importa mi embole futbolero. Lo tremendo es que -otra vez- depositamos en vano nuestra sed de revancha en una selección que no deja asomar su ADN de campeón y se extravía cuando se encuentra con medio rival que le saca la pelota.

Que se vayan todos!

JK

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Quizás la selección sea un reflejo de todos los argentinos,individualmente tenemos logros pero juntos no somos capaces de enfrentar o cambiar nada.mejor dicho no nos organizamos ,cada uno tira para su lado y así no sirve.
Nélida.
Anónimo ha dicho que…
SI, SI, TODO MUY LINDO PERO TENES UN MENSAJE MIO EN OJITO, OJETE.
SERGIO